Mi epílogo

Tras un par de días en los cuales he podido ordenar todos los pensamientos, creo que es el momento de plasmar mi conclusión de nuestra aventura.

Como la mayoría sabéis, el principal motivo que me incito a embarcarme en este proyecto fueron unos problemas por los que estábamos pasando en el trabajo. A partir de ahí la idea empezó a tomar forma y eso unido a que la aventura la íbamos a realizar unos buenos amigos, y además haciendo mi deporte actual preferido, hacía muy atractiva la idea del Camino. Antes del verano las cosas iban como estaba previsto, y los problemas laborales parece que habían pasado, por lo que había que cumplir la promesa. No obstante en agosto sufrimos un duro varapalo con las noticias que nos transmitía Charo, y más tarde Manolo confirmaba que no podría venir. Aun así decidimos tirar para adelante y cumplir nuestra parte del "trato". A una semana escasa de salir hacia Astorga ocurrió algo que pudo cambiar toda esta historia: malísimas noticias laborales. He de confesar que me vine un poco abajo, y realmente estaba dispuesto a tirar la toalla, ya que pensaba que el "trato" se había roto... Afortunadamente Charo y Jose tiraron de mí.... GRACIAS AMIGOS!! No se como podré agradeceros este gesto. No me quiero imaginar lo que nos hubiésemos perdido si no hubiésemos realizado el Camino.

Sobre el Camino, creo que Charo y Jose han reflejado a la perfección lo que hemos vivido en estos días., y por lo tanto poco más puedo añadir a lo que ya han dicho (chicos, sois unos "ansiaviva cierrabares" y me habéis dejado sin ideas.....)

En lo deportivo coincido con Jose cuando dice que sobre el papel parecía sencillo. Lo cierto es que es más complicado de lo que parece, y obviamente hay que estar un poco en forma para realizarlo. De todas las maneras la forma en la que nos lo planteamos creo que es la adecuada y que ayuda a que el Camino sea menos duro. Una vez más insisto en que el Camino no es una carrera. Hay que disfrutar de cada metro, pararse a observar el paisaje, cotillear en cada pueblo/aldea, saludar a todos los peregrinos, degustar la gastronomía de la tierra, etc.... Os aseguro que yo lo he realizado de esta manera, y los kilómetros han ido cayendo sin apenas darme cuenta.

He de reconocer que mi idea del Camino ha cambiado. Inicialmente pensaba que simplemente se trataba de dar pedales durante cerca de 300km, y poco más... Qué equivocado estaba! El Camino es algo más. Honestamente no se lo que es, pero tiene algo de magia que te atrapa y te hace ver la vida de otra manera. Además simplemente por caminar, dar pedales o compartir una sonrisa con otro peregrino, te contagias de ese ambiente especial que se respira. Los que me conocéis sabéis que soy bastante escéptico y frío, pero os aseguro que en estos días, y especialmente en la entrada a la plaza del Obradoiro, he vivido unas sensaciones muy, pero que muy intensas.

También tiene su gracia el abrazo al Apóstol.  Teóricamente la promesa estaba cumplida y por lo tanto cuando le diese el abrazo debería estar pensando en el motivo de la promesa. No obstante, y tal y como me había avisado mi hermana, todo pasa demasiado deprisa. Subes por una pequeña escalera, los nervios a flor de piel, cientos de impacientes peregrinos a mi espalda.... total que a la hora del abrazo, mis pensamientos se fueron directamente para mi gente y me olvide completamente de la promesa... Aunque pensándolo bien, si los míos están bien, yo seré el tío más feliz del mundo, y con eso me doy absolutamente por satisfecho.

Por supuesto todo lo descrito anteriormente es muy bonito y bucólico, pero lo cierto es que con lo que de verdad me quedo es con la amistad forjada en estos días con mis amigos. Sinceramente lo hemos pasado muuuuuy bien, y los momentos de complicidad que hemos vivido no tienen precio. Simplemente por eso, el esfuerzo de estar lejos de mi gente ha merecido la pena.

Tengo claro que el Camino engancha. Tanto que a la chica que me estaba dando la Compostela me pregunto que como lo había pasado, y le dije que en ese momento empezaba la cuenta atrás de la edición 2011. ¿Contamos con vosotros? Espero que si...

Carlos.